Cuna de asombrosas civilizaciones antiguas, como el imperio purépecha, que han enriquecido enormemente a México, Michoacán es uno de los estados más vastos, interesantes y hermosos que en definitiva debes darte oportunidad de conocer. Prueba de ello son sus cinco sitios Patrimonio de la Humanidad, ocho Pueblos Mágicos y por supuesto el fenómeno natural de las Mariposas Monarca que año con año emigran desde Canadá para pasar el invierno en tierras michoacanas.
Vive el inigualable Día de Muertos que se respira en Janitzio, donde el lago de Pátzcuaro se llena de luces de velas y las calles se colman de gente caminando hacia el cementerio cubierto de ofrendas y flores. Toda la isla se envuelve en un ambiente místico, espiritual y lleno de costumbres prehispánicas.
El pueblo purépecha que aún se encuentra presente en estas tierras, guarda celosamente sus tradiciones ancestrales como lo son sus divertidas danzas regionales, sus extraordinarias artesanías que se realizan a lo largo de todo el estado y por supuesto su exquisita gastronomía como las carnitas, las corundas y los dulces de leche.
La historia se presenta en cada rincón del estado, ya sea en su hermosa arquitectura colonial en Morelia, en sus interesantes zonas arqueológicas como TzintzunTzan, o a través del legado cultural, artístico y humanístico que el Tata Vasco dejó en su lucha por la superación del pueblo michocacano.
Disfruta de la naturaleza en sitios como el Parque Nacional Barranca del Cupatitzio en Uruapan y sorpréndete con las ruinas del pueblo de San Juan de Paricutín, que fue sepultado por lava a principios de los años cuarenta.
Michoacán es un estado que festeja en grande a las artes. Prácticamente todo el año encontrarás algún festival de talla internacional que viste de color a alguna entidad michoacana. Música, cine, danza, gastronomía y artesanía, son las principales temáticas de fiesta en Michoacán.
Este estado alberga dos de los festivales culturales internacionales más importantes de México: el Festival Internacional de Cine de Morelia, creado en el año 2003 y en el cual se hace una minuciosa selección de filmes nacionales e internacionales, los cuales también llegan a presentarse en el afamado Festival de Cine de Cannes; y el Festival Internacional de Música de Morelia que surgió desde 1989 y está dedicado a difundir y a acercar al público a lo mejor de la música de concierto en el mundo, además de convertirse en una importante vitrina para grandes músicos mexicanos. Ambos festivales son enmarcados por el hermoso patrimonio arquitectónico y cultural de la capital michoacana.
Si lo que buscas es vivir fiestas más regionales pues entonces Michoacán también tiene mucho que ofrecer. Año con año podemos disfrutar de esta exquisita gastronomía en encuentros de cocineras tradicionales, ferias de dulces regionales y eventos especiales con productores locales y reconocidos chefs; todos ellos realizados en distintas épocas del año y en sedes diversas como Morelia, Pátzcuaro, Uruapan y Zamora.
Las artesanías también juegan un papel importante en los motivos de fiesta de Michoacán, por lo que las ferias artesanales no se hacen esperar cada año. Algunas de ellas gustan engalanar algún ejemplar típico, como es el caso del Festival de la Catrina en el municipio de Capula, el cual rinde homenaje a su pasado alfarero que se remonta a épocas prehispánicas. El Festival de Santa Clara del Cobre se realiza durante la primera mitad del mes de agosto y en el todos los artesanos del poblado que trabajan magistralmente este metal, presumen sus extraordinarias creaciones. En el poblado de Paracho se producen magníficas guitarras de madera y otros instrumentos de cuerda, por lo que también a principios de agosto se realiza la Feria Nacional de la Guitarra, donde los lauderos, algunos con más de 50 años de experiencia, muestran el proceso de elaboración y resultado de su famosa artesanía.
Las danzas regionales son de gran importancia en el estado, ya que permiten dar un vistazo a las tradiciones y pensamientos del pueblo michoacano. Por ejemplo, la “Danza de los Viejitos” originaria de Pátzcuaro, es realmente un agasajo presenciarla ya que además de ser ejecutada con un gran sentido del humor, los danzantes portan el traje tradicional de esta región purépecha, que consiste en pantalones y camisa de manta blanca, cubiertos con un colorido sarape y llevan huaraches de suela de madera para acentuar mejor el zapateado durante la danza. También usan máscaras de pasta de caña de maíz, madera o barro, que presentan facciones sonrientes de ancianos sin dientes pero con la piel rozagante de juventud. En la “Danza del Pescado Blanco” se agradece la pesca obtenida, bailando con redes y pescados de madera colgados de los hombros. También se realiza en la zona de Pátzuaro, principalmente en la isla de Janitzio.
En definitiva un viaje a Michoacán es una visita a lo más íntimo de una tierra llena de tradiciones y vida que a cada paso te conquistará